Una instalación fotovoltaica de autoconsumo es una instalación típica que consiste en unos paneles solares y un sistema de monitorización que mide la producción de electricidad en tiempo real. Los paneles solares recogen la energía del sol y la convierten en electricidad. Esta pasa a través del inversor y se transforma para que se pueda utilizar.
Estas instalaciones fotovoltaicas, sin almacenamiento de la energía en baterías, están conectadas a la red de la industria, o a la vivienda.
Durante el día la industria o vivienda consume la energía que produce la instalación fotovoltaica, y si le falta para cubrir la demanda, esa parte la toma de la red eléctrica. Mientras, en las horas nocturnas, la toma directamente de la red.
Los sistemas fotovoltaicos, para el consumo sin baterías, están indicados principalmente para industrias donde el proceso productivo diurno consume la energía producida por la radiación solar.
Con un uso adecuado y una programación del proceso productivo que se realizará durante las horas de máxima radiación solar nos hará ser una estación autónoma, que haga uso de la red de la compañía distribuidora tan sólo en momentos puntuales.