Nos encontramos en plena transición energética, y mientras vamos avanzando en el proceso podemos entrever los detalles de qué va a suceder en los próximos años. La demanda de combustibles fósiles está a punto de alcanzar su punto máximo, según los expertos será antes de 2030. Y esto se conseguirá mediante la capacidad cada vez mayor de energías renovables. La previsión es que la participación de las renovables en la generación de energía mundial se duplique en los próximos 15 años.

El mix energético global va a sufrir un cambio rápido debido a que la adopción de vehículos eléctricos se va a incrementar, reduciendo así la demanda de petróleo para los próximos años. Los compromisos gubernamentales para atajar las emisiones contaminantes se han visto superados en países como los de la Unión Europea. Esto es consecuencia de la situación que está pasando Ucrania y a la aceleración de las acciones de los países para reducir su dependencia energética de otros países como Rusia. Esta aceleración se traduce en una mayor apuesta por las energías renovables.

La transición energética se acelera

Por lo tanto, podemos determinar que la transición energética ha pisado el acelerador. Y que el mix energético mundial cada vez va a ser un poco más limpio, con opciones renovables que se alejan de las emisiones contaminantes. Las previsiones indican que si para 2030 las renovables representarán un 50% de la generación de energía a nivel mundial, para 2050 alcanzará el 80% y el 90%.

Además, más del 60% de las instalaciones renovables tienen un precio más bajo que las alternativas que supondrían la utilización de combustibles fósiles. Y las baterías, necesarias para el almacenamiento de la energía generada y su utilización en momentos de gran demanda, han reducido sus costes a la mitad en los últimos cuatro años.

La energía renovable que más crecimiento ha experimentado es la solar fotovoltaica, ya que durante 2021 la capacidad solar fotovoltaica residencial creció más del 30%. Durante este año también ha destacado el crecimiento de la energía eólica marina, el impulso de las baterías y de otras formas de almacenamiento. En cambio la capacidad de generación eólica terrestre se ha visto reducida, al perder parte de su capacidad. Esta tendencia no se ha dado en nuestro país, ya que la energía eólica ha sido la fuente de energía más producida durante 2021.