Los mercados energéticos globales se encuentran en un momento muy convulso debido a la situación geopolítica que estamos viviendo actualmente. Esto ha provocado que se hayan tenido que tomar medidas urgentes que intenten frenar la escalada de los precios de la energía debido a la inestabilidad del petróleo y el gas.

La inestabilidad de los precios

El principal motivo que ha causado esta inestabilidad de los precios ha sido que la oferta no está siendo suficiente para cubrir la demanda. Por eso se ha producido una tensión entre oferta y demanda que se ha visto agravada con la invasión rusa de Ucrania, ya que Rusia es uno de los principales exportadores de petróleo y gas a nivel mundial.

La solución a esta inestabilidad de los precios en la Unión Europea es apostar por los gases y energías renovables. Pero el efecto en los precios se consigue a largo plazo, ya que el desarrollo de proyectos de energía renovable no es algo inmediato. Las previsiones auguran que los precios se van a seguir manteniendo altos durante el próximo año 2023, y habrá que esperar a 2025 para volver a verlos en valores anteriores al inicio de la pandemia.

La independencia energética

El objetivo que tiene que perseguir la Unión Europea es alcanzar la independencia energética. Esto es algo que solo se puede plantear en el largo plazo y gracias a proyectos de energía renovable combinados con el desarrollo de nuevas tecnologías de almacenamiento. Hasta que no ha sucedido la invasión rusa, no hemos sido verdaderamente conscientes de la necesidad de no depender del gas del exterior.

La posición estratégica de nuestro país es clave para el desarrollo de las renovables, y una oportunidad de ser líderes en la transición energética de la Unión Europea. Tenemos la capacidad de desarrollar proyectos de energía renovable para abastecer nuestro consumo y para exportar al resto de países, solo tenemos que saber aprovechar esa posición ventajosa.