La unión entre la agricultura y la energía solar en la agrovoltaica
Para combatir la crisis climáticas se buscan opciones sostenibles que puedan garantizar un futuro más verde, renovable y limpio. Por eso surgen fórmulas como los sistemas de agrovoltaica, que combinan lo mejor de la energía solar y de la agricultura sostenible.
¿Qué es la agrovoltaica?
Es una tecnología que tiene como enfoque la combinación de una instalación de paneles solares fotovoltaicos con actividades agrícolas en el mismo espacio de terreno. Es una solución que permite duplicar el uso del suelo, sin necesidad de tener que decantarse por un único uso, y así potenciar los beneficios que se pueden obtener.
Esta combinación aumenta las propiedades del suelo al crear un ambiente más propicio para determinados cultivos. Esto se debe a que la instalación de plantas solares conserva la humedad del suelo y lo protege de la luz directa, pudiendo obtener una producción de energía a la vez que se fomenta el crecimiento agrícola.
En este tipo de proyectos los paneles solares tienen que estar colocados a una altura suficiente para que pueda desarrollarse el crecimiento de los diferentes cultivos. La sombra que proporcionan provoca un mejor uso del agua al evitar la evaporación y el estrés por calor. Además, este enfriamiento que se produce en el suelo debido a la vegetación, beneficia a los paneles solares aumentando su producción energética al no alcanzar altas temperaturas.
Supone una manera de diversificar ingresos con la agricultura, ya que mientras tienen un cultivo más optimo y de calidad pueden obtener ingresos por la cesión del suelo para instalaciones de generación solar.
Primeros proyectos en España
La falta de legislación en torno a este tipo de instalaciones ha provocado que todavía no haya proyectos de este tipo. Sin embargo, se están llevando a cabo primeros proyectos piloto de instalaciones agrovoltaicas en viñedos, campos de manzanas o melones y en plataneras.
El impulso por parte de las administraciones de este tipo de proyectos podría suponer el aprovechamiento de los más de 23 millones de hectáreas de superficie agraria útil para instalar proyectos de energía solar.