Un informe publicado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) revela una visión optimista de cómo será el mundo en 2030. El enfoque predominante estará puesto en las energías renovables y la electrificación del transporte, y se espera que las energías limpias alcancen en ese año casi el 50% de la generación eléctrica global. También se anticipa un incremento significativo en el número de vehículos eléctricos que habrá en las carreteras.

¿Cuáles son los desafíos?

El informe presenta escenarios que reflejan las condiciones del mundo real y los puntos de partida, y destaca la necesidad de progresar hacia el objetivo de cero emisiones para el año 2050.

• Este informe advierte que para cumplir los objetivos climáticos y limitar el calentamiento global a 1,5°C, se requieren políticas más rigurosas. El calentamiento global ya ha aumentado en 1,2°C, desencadenando fenómenos climáticos extremos, y las emisiones de gases contaminantes que provocan el efecto invernadero aún no han alcanzado su punto máximo.
• La inestabilidad geopolítica y la volatilidad en los mercados energéticos continúan siendo preocupantes, a pesar de que se prevé una disminución en los precios de los combustibles fósiles. Los conflictos en Ucrania y el Medio Oriente, junto con factores macroeconómicos como la inflación, plantean desafíos al desarrollo de las renovables.

¿Y lo que se ha conseguido hasta ahora?

A pesar de los desafíos, se han conseguido muchos avances que ayudan a pronosticar que en 2030 casi el 50% de la generación eléctrica sea renovable:

• El aumento del número de vehículos eléctricos en Estados Unidos y la expansión de las bombas de calor en la Unión Europea en sustitución de las calderas de gas.
• La disminución del uso de combustibles fósiles en el suministro de energía global y la previsión de que las emisiones de CO2 alcancen su punto máximo en 2025. Esto nos lleva a una transición para utilizar una energía más limpia y sostenible.
• El aumento significativo de las instalaciones de autoconsumo conectadas, que permiten reducir la dependencia energética y suponen un ahorro energético notable.

La transición hacia el uso de una energía cada vez más renovable es imparable, y ejemplos como el auge del autoconsumo en España demuestran que se pueden lograr avances significativos a nivel local. Con esfuerzos continuos a nivel global, podemos avanzar hacia un mundo más limpio y saludable.