El consumo de electricidad proveniente de fuentes de energía renovable ha sido uno de los temas centrales de la agenda energética de la Unión Europea en los últimos años. Y España ha demostrado un progreso significativo en el camino hacia la sostenibilidad energética. Se sitúa en el séptimo lugar entre los países de la Unión en cuanto al consumo bruto de electricidad a partir de fuentes renovables, alcanzando un impresionante 50.9% en 2022.

Séptimo país de la Unión Europea

Este logro coloca a España por encima de la media comunitaria, que se sitúa en un 41.2%, y resalta el compromiso del país con la transición hacia una matriz energética más sostenible. Además, demuestra el éxito de las políticas y los esfuerzos destinados a fomentar el uso de energías limpias y renovables en el país.

La evolución histórica de este indicador revela un progreso notable en España a lo largo de los años. Desde el inicio de la serie histórica en 2004, el país ha experimentado un crecimiento constante en el uso de fuentes de energía renovable para la generación de electricidad. Aunque en los primeros años se ubicaba en posiciones inferiores en comparación con otros países de la Unión Europea, en 2022 alcanzó su mejor posición hasta la fecha.

La eólica y la hidroeléctrica pilares fundamentales

La energía eólica y la hidroeléctrica han sido los pilares fundamentales de esta transición energética en España. Representan más de dos tercios de la electricidad total generada a partir de fuentes renovables en 2022. Además, la energía solar ha experimentado un crecimiento exponencial, pasando de representar tan solo el 1% de la electricidad consumida en la Unión en 2008 a una proporción significativa en 2022.

Es importante destacar que España no está sola en este esfuerzo por aumentar el uso de energías renovables. Otros países europeos, como Suecia, Dinamarca y Austria, han liderado este movimiento, con porcentajes aún más altos de consumo de electricidad proveniente de fuentes renovables. Sin embargo, el progreso de España en este ámbito es notable. Especialmente considerando el aumento constante en su cuota eléctrica de renovables a lo largo de los años.

A pesar de estos logros, queda claro que todavía hay margen para mejorar y seguir avanzando hacia una mayor utilización de energías limpias. El análisis de la evolución histórica revela que España ha experimentado un crecimiento significativo en este campo. Aunque el ritmo de progreso en la última década ha sido más lento en comparación con otros países europeos líderes en este aspecto.