¿Por qué hay precios negativos en el mercado eléctrico?

17 abril, 2024
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La reciente noticia sobre los precios negativos en el mercado eléctrico español ha generado una gran atención y preocupación. Este fenómeno, que no es nuevo pero que sigue siendo impactante, se ha manifestado en varios momentos puntuales del último mes.

Es importante comprender que los precios negativos no implican que los consumidores finales vayan a recibir dinero por el consumo de electricidad. A pesar de esta situación, los hogares y las pymes acogidos al mercado regulado probablemente no verán una reducción significativa en sus facturas, ya que los precios negativos se traducen a una cantidad mínima, como en estos casos, donde se abonaron unos cuatro céntimos por kilovatio hora.

Una gran cantidad de energía renovable generada

El principal factor detrás de esta caída en los precios es la gran cantidad de energía renovable que se está generando, junto con la disminución de la demanda. La combinación de energía eólica, hidráulica y solar ha superado en algunos momentos el 80% en el último mes, según las previsiones de OMIE. Esta alta proporción de energía renovable es una señal positiva para la transición hacia un sistema energético más sostenible y respetuoso con el medioambiente.

Sin embargo, esta abundancia de energía renovable también tiene sus desafíos. Durante las horas en las que los precios caen por debajo de cero, las importaciones de electricidad desde Francia se vuelven una realidad. Esto sugiere que los precios negativos no son exclusivos de España, sino que están influenciados por las condiciones del mercado eléctrico en toda Europa.

Además, más allá de estos incidentes puntuales de precios negativos, el mercado eléctrico español está experimentando una tendencia hacia costes de generación cada vez más bajos. Esta tendencia se debe en parte a los buenos registros de generación eólica y fotovoltaica, así como a la actividad inusualmente alta de las centrales hidroeléctricas impulsadas por las recientes lluvias.

En resumen, aunque los precios negativos pueden parecer preocupantes a primera vista, reflejan en gran medida la transición hacia fuentes de energía más limpias y económicas. Sin embargo, también señalan la necesidad de mejorar la gestión y regulación del mercado eléctrico para garantizar su estabilidad y equidad a largo plazo.